Tu familia huyó de Europa a tiempo
y la mía se quedó. La tuya vio el humo
y la mía se dispersó en él.
Sin embargo y a fin de cuentas
estamos ambos aquí,
alquilamos un departamento
con un balcón, con plantas,
en el viejo centro de Tel Aviv.
En nuestra cama
acaricio tus ojos y tus labios.
Te amo,
no quisiera que nada cambie
pero a veces pienso que
si sobreviene el hambre
nos comeremos a los gatos,
luego al perro
y luego, por fin,
el uno al otro.
Traducción: Gerardo Lewin
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