Cuando salía del jardín vi su cadáver.
¿Qué hará un hombre cuyo hijo murió?
El cielo enmudece
mientras tacha un nombre
en la mochila escolar.
La luz se mueve hacia fuera,
desde las cosas y más allá.
Lo que se va, gotea
como cera derretida sobre la mano abierta.
Se aparta hacia la cueva del alma
para escribir el nombre
en las paredes.
Ya no queda espacio dentro de sí.
Fe y perseverancia, sabiduría y entusiasmo –
esas grandes ideas, las corrompe.
Como un gran bloque de hielo que se desprende y se aleja.
Nota: el poema alude a Elisha Ben Abuya, uno de los protagonistas de un relato clásico del Talmud quien, tras penetrar los secretos de la cábala, pierde la fe. El jardín que el poema menciona es el pardés místico. El Talmud sugiere que el origen de la conmoción de Ben Abuya fue el haber presenciado la muerte accidental de un niño en el acto de cumplir un mandato divino.
Traducción: Gerardo Lewin
Yonatan Berg nació en Jerusalén en 1981 en el seno de una familia religiosa y creció en Psagot, un asentamiento en Judea y Samaria. Berg abandonó el estilo de vida religioso y reside actualmente en Tel Aviv. Obtuvo un BA en escritura creativa y un máster en biblioterapia. Poeta y novelista, Berg redacta una columna semanal de opinión para el popular sitio web Walla, y ha escrito reseñas literarias para diversos periódicos. Ha publicado tres poemarios y es el poeta más joven en recibir el Premio Yehuda Amichai de poesía, por su primer libro Mifrasim Kashim/Duros velámenes (2013).
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