viernes, 8 de febrero de 2019

David Vogel / Vi a mi padre...































Vi a mi padre ahogarse 
en la marea de los días
Su delicada mano palideció
otra vez, a la distancia,
y se esfumó.

Ya solo y aún niño,
con flacas fuerzas
fuime hacia aquellas costas
para llegar a ser quien soy.

Ved: me transformé en mi padre
y tanto como él sufrí,
cuanto que el alma
se me hartó de penas

y todos mis difuntos
idos ya son hacia lo yermo:
a nadie podré extender mis manos.

Feliz de mí si descansare
en negro lecho nocturnal
y así del cielo la bóveda me cubra 
con sus plateados signos...




Traducción: Yonah Kranz y Gerardo Lewin

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