Un hombre no es sino un modesto terruño,
nada más que la forma del paisaje natal,
lo que alcanzó a escuchar con su oído aún joven,
lo que aún pudo ver cuando el ojo se hartó,
todo con cuanto se topó, vacilante,
el niño al recorrer senderos de rocío,
al tropezar con piedras y terrones,
en tanto que en su alma, sin saberlo,
disponía un altar en el que día a día
sahumara reverencias a los dioses del cielo,
a signos zodiacales y a los astros.
Con el paso del tiempo,
la lucha por subsistir,
las páginas que vuelve del libro de la vida,
aunque cada mañana revele significados,
y los símbolos todos que dictados
desde el inicio fueron,
el hombre no es sino la forma del paisaje natal.
En el rincón del mundo en que nací,
espacio de la estepa que de azul tiñe el sueño,
hay altos, sacros sitios tras tumbas milagrosas
que nadie sabe quién excavó o cuándo
ni el nombre de aquel que en lo profundo
duerme sueños de eternidad,
ídolos cubiertos por cenizas de eones
contemplan un más allá silencioso y gris
como el desierto que se quiebra
antes de las lluvias de finales de agosto,
en enormes terrones, en ajedrez de grietas.
Imperios surgen y desaparecen,
las fronteras cambian o se desdibujan
y las tierras permanecen, como lápidas
dispuestas sobre grandes y olvidadas historias
hasta que desaparecen de leyendas y canciones.
En el rincón del mundo en que nací,
donde aislada vive el águila esteparia,
gigante de pesadas alas y plumas oscuras
como espigas quemadas que la siega olvidó,
agostadas por vientos, lluvias y veranos.
A veces un águila desciende a la tierra;
un hombre se aproxima hasta cierta distancia
y la observa, pensando: "¿Qué es esto?
Parece una gavilla y no lo es, un ave
distinta a cualquier otra..."
Traza, como un dios, círculos en lo alto
y nos lanza su grito de indómito animal:
¿quién podrá comprenderlo? ¿quién sabrá
lo que dice su llamado de pájaro?
¿Es, acaso, una queja o quizás la canción
desvalida que nunca hallará eco...?
Solitario, su aullido morirá en las estepas.
En ese rincón del mundo en que nací
hay quien por siglos errante vaga:
no hay campo que no haya visitado,
camino o senda que no haya transitado,
va de un extremo al otro de la tierra,
fugitivo veloz... ¿adivinas su nombre?
¡Es el viento! Por momentos conduce
graves nubes mercuriales y a veces
enloquece en abierto vuelo,
ensombrece tardes con densas polvaredas,
recorre helados paisajes de nieve
y piensa que nada habrá que lo detenga...
hasta el momento en que hacia el sur encara,
cuando ansía alcanzar el mar meridional
y ante él se levantan los picos repentinos,
las montañas eternas que detienen su paso.
Como la forma de aquel rincón natal,
transcurrió así la historia de mi vida,
así corrió mi suerte y concebí mis sueños:
fui su imagen y fui su semejanza.
Con espíritu libre de grietas y roturas
y el corazón intacto con armónicas cuerdas
viajé solo, junto a los muchos de mi pueblo,
los benditos, malditos por las sagradas tumbas.
Extranjero es mi canto, ajeno al corazón
de mi nación, solitario al nacer,
solitario al morir, sin eco
ni corazón que escuche mis aullidos,
como aquel viento que vagará por siempre
iré de un mar a otro los días de mi vida
y cuando ansíe alcanzar el mar del sur
y se alcen ante mí los montes
¿Dónde construiré mi nido?
¡Distancias, lejanías, más caminos!
Aquí está mi vara... ¡Allá voy!
Traducción: Gerardo Lewin
Saúl Chernijovski (Crimea 1875- Jerusalén 1943). En 1899 se estableció en Heidelberg, en cuya universidad estudió Ciencias Naturales y Medicina. En 1904 se trasladó a Lausana, donde obtuvo el título de doctor en Medicina en la especialidad de cirugía y tres años después regresó a Rusia. Movilizado en la Guerra Europea, actuó como médico. Se afincó en Palestina en 1931, residiendo primero en Jerusalén y luego en Tel Aviv. En 1936 fue galardonado con el premio Biálik. El universalismo y el humanismo son las notas dominantes de su poética. Como poeta su obra es inmensa: Canciones, Idilios, Sonetos son títulos de algunas de sus colecciones. Visiones y melodías es su primer libro. Otros libros suyos son Historias de primavera y En presencia del mar. Como traductor su labor fue gigantesca, vertiendo al hebreo numerosas obras maestras de la literatura mundial. Fuente: Wikipedia.
Exquisita Traduccion !
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