miércoles, 18 de abril de 2007
Immanuel Frances / Dos poemas misóginos
El lamento de una vieja prostituta
Qué fue de vosotros, mercaderes
que ofrecíais tanto y cuánto
por gozar una hora mis placeres...
¡Edad aborrecida, espanto!
Asco os da hoy mi compañía,
os llamo a gritos y nadie me contesta...
De todos soy la burla, la protesta.
Nadie reclama ya mi mercancía.
Épocas hubo en que estos señores
por mí dilapidaban su dinero.
Hoy imploro me haga los honores
cualquiera, gratis. Costo cero.
Las tres salidas
Tres salidas debieran, solamente,
permitirse a las doñas bienamadas.
La primera al nacer, cuando embarradas
emergen como de un pantano pestilente.
Cuando el padre la entrega, la segunda,
a quien será su amante y su señor.
La tercera salida hacia la tumba.
De las tres, es ésta claramente la mejor.
Traducción: Gerardo Lewin
Immanuel Frances fue rabino y estudiante talmúdico en Florencia, Italia.
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