viernes, 1 de agosto de 2014

Leah Pilowsky / Morará el lobo con el cordero























Nuevamente, un pequeño niño ciego está atrapado en un cuarto
junto a un joven alto y violento.
Pero tú ya no eres una niña, el joven violento que hubo en tí murió
y jamás fuiste ciega.
No hay relación entre una cosa y la otra
o entre ambas y los enloquecidos 
que perturban tu descanso: 
el vecino pervertido, el poeta de personalidad desquiciada
y todo el resto.

No te preocupes más: en realidad no están locos; 
es sólo una manera de expresarlo.
Y en todo caso, nadie podrá obligarte en lo inmediato 
a convivir con ellos en un mismo pabellón.
Vete a dormir, trágate alguna píldora y deja ya todo eso,
por todos los malditos demonios del infierno.


Traducción: Gerardo Lewin


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