Todos se asombran:
“¿No sientes enojo alguno?”
Respondo que – si alguna vez la tuve –
mi ira se fue hace tiempo
de visita en ajenos sembradíos
donde plantó semillas muchas.
Algunas prosperaron
y engendraron espinas;
otras hubo que no lograron
adaptarse al clima.
Ahora descanso,
me tomo un tiempo hasta que el tiempo
se fatigue y se tome él, a su vez, un tiempo
y vuelta a empezar.
Esta noche he perdido algunas esperanzas,
innúmeras estrellas se precipitaron a tierra
y me siento bastante optimista.
Quizás mi enojo próximo, que se irá acumulando,
me permita desprenderme –
y sea él quien permanezca.
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