domingo, 5 de abril de 2015

Erez Biton / poemas de la ceguera

























Caballos vendados

En cada ciego
hay un caballo que galopa
y busca dispararse
hacia las distancias.

La canción del bastón

Cuando los niños me ayudan a cruzar la calle
yo les digo
que soy un hombre gentil
y que el bastón que llevo
no sirve para golpear.
Pero cuando me abandonan
en la acera serpenteante
quedo solo: un niño temeroso
del bastón.

Tus ojos

La alegría de tus ojos frente a ese hermoso paisaje
colma el vacío de los míos.
Allí estás tú ahora
y ahora yo, aquí:
solitaria, la alegría de tus ojos;
solitario, el vacío de los míos.




Traducción: Gerardo Lewin

No hay comentarios: