miércoles, 24 de junio de 2015

Rafi Weichert / Dormida























Duermes, tu cabeza apoyada en mis rodillas
con la seguridad absoluta de los niños.
La luz centellea en la pantalla.
Las imágenes se suceden en silencio anudando,
unos con otros, remotos acontecimientos.

Bajé el volumen para que no interfiriese
la realidad con el sueño.
Ahora debo permanecer en mi postura.
Cualquier movimiento te arrancaría
de esos fantásticos parajes
hacia los que has zarpado.

Quizá también discurran en tus sueños
visiones que tu tranquilo aliento no revela.
Percibo en un momento el delicado tiempo
que fluye y nos rodea,
se aleja de nuestros cuerpos y se expande,
como ondas.



Traducción: Gerardo Lewin

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