miércoles, 8 de marzo de 2017

Diti Ronen / Un pecho






























1

Con un marcador azul, en el espejo,
marco los límites del antiguo pecho
extirpado
de mi madre.

La línea se alza curva
para caer – desalentada – 
en el hueco de la axila.
Ahora la diagonal.
Pero no:
resulta imposible
mover
la mano.


2

Algodono las heridas del pecho ausente
con blandas vendas bien acolchadas.
Las deposito con cautela una por una
para paliar tu dolor y ocultarme
de la cicatriz.


3

Mamá,
tal vez
para mayor seguridad
conviene que salgamos esta noche en secreto, 
que enterremos el pecho cercenado
en las profundidades, 
que pisoteemos largamente la tierra amontonada.
Tú y yo escupiremos
tres veces
a los cuatro vientos,
arrojaremos dagas,
trazaremos círculos en el aire,
clavaremos cuchillos en la tierra,
murmuraremos con las palmas alzadas,
oraremos y entonaremos cánticos,
nos pondremos de pie, meditaremos,
haremos abluciones,
volveremos a escupir otras tres veces
y nos iremos.

Ya en la casa cerraremos fuertemente los ojos,
aguantaremos la respiración
durante diez años
y con los dedos cruzados
nos sentaremos a esperar.





Traducción: Gerardo Lewin




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