miércoles, 23 de febrero de 2011

Avri Herling / Disculpe, ¿cómo llego desde acá?





















Hay situaciones en las que tú eres sólo tú y tú solo. Situaciones en las que la mirada va de un lado al otro, de aquí para allá y comprende que lo que tienes, que todas tus posesiones, todo lo que está a tu alcance eres solamente tú. Ése, el despatarrado sobre el sofá, el que está sentado con la espalda encorvada en la silla de la cocina, el que se recostó en la cama o en un banco de la plaza.

Situaciones en las que los ojos, abiertos o cerrados, ven lo mismo. Situaciones en las que la vida y la muerte atraen con la misma fuerza y en la misma dirección, en las que ya todo se ha olvidado y es todo ya sabido. En las que eres tú y tu alma y tu alma y tú y no hay más. Situaciones en las que no posees nada y en las que la nada te posee, en las que una palabra representa un vacío y el vacío llena el mundo. Situaciones en las que no existen las contradicciones ni los opuestos y que tienen la perfección y la completud del cero.

Situaciones en las que el deseo de morir o de vivir están pendientes de una espera interminable: caerá la moneda que alguien arrojó y que gira en el aire. Situaciones en las que no precisas imaginación, esperanza, memoria o ambición. El mundo era así antes de haberse escrito el primer versículo del Génesis.

Situaciones en las que unirse, multiplicarse o desaparecer coexisten, en las que el aquí está en todas partes y el ahora es siempre.

Quien las vivió lo sabe.

Así hasta la mañana aquella en la que oyes el sonido de una moneda que cae con una de sus caras hacia arriba. La cara que dice levántate, orina, cepíllate los dientes, tómate un café y vete al trabajo.

O no.


Traducción: Gerardo Lewin


Avri Herling ha publicado un libro de aventuras y cocina para niños, "El Almuerzo Victorioso / HaHarujá Menatzajath" en 2002 y sus Cuentitos se publican regularmente en el suplemento de literatura y cultura del periódico "HaHaretz".