domingo, 1 de septiembre de 2013

Jacob Frances / Al príncipe de los demonios


























¡Levántate, Asmodeo! Despierta 
y despacha a tus avernos urgentes emisarios,
promulga edictos en los feudos de tu reino
para adquirir alquitrán y nafta,
azufre y leña en grandes cantidades.

Que prestos capataces recluten 
legiones de demonios pues es el día 
hoy de la iracundia, tiempo 
de miserables que odian toda bondad,
lo peor de los hombres.

Incendia el mundo.
No te amilanes recordando
cómo - ayer apenas - 
suplía de almas tus abismos.

Y de ése que holló las nucas de los príncipes
no te apiades, Asmodeo,
pues sería capaz, en su osadía,
de reclamar - el día de mañana - tu corona.



Traducción: Gerardo Lewin


Jacob Frances (1615-67) fue el último gran poeta anterior al período moderno. Nació en Mantua. Además del hebreo, dominó el portugués (su lengua materna), el italiano, el arameo y el latín. Sostuvo amargas rencillas con los cabalistas y con los seguidores de Shabbetai Tzví, que se había proclamado Mesías en 1665.  Sus poemas contra la cábala fueron prohibidos y quemados, él fue apedreado en la vía pública y su casa fue saqueada. Murió en Florencia, donde debió refugiarse. Su obra completa incluye más de doscientos poemas, entre ellos alrededor de cincuenta sonetos (como éste mismo, en el original). Su talento satírico se equipara al de su hermano Immanuel Frances, con quien solía escribir a dúo. El presente soneto ataca a un juez rabínico de la época, Rabbi Yehiel Norzi, miembro del tribunal que censuró su obra. 

Fuente: The Penguin Book of Hebrew Verse.

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