domingo, 29 de noviembre de 2015

Daniel Baumgarten / Arcano


















Como quien mira hacia afuera desde el tren subterráneo,
pasan ante mi rostro todos nuestros momentos 
a una velocidad de vértigo
con destellos alucinantes
repletos de ademanes y colores.

Dudo que llegue el día en que comprendas:
yo me perdí a mí mismo por saberte,
me quebré el cuello siguiendo la dirección de tus miradas.
Así quedé, tullido,
soñando con rehabilitarme de ti,
aunque desde entonces, dondequiera que vaya
se revela tu sombra.

Desearía tomar mi cabeza cercenada entre mis manos
y huir lejos, como el santo Dionisio.
Desearía que la verdad resplandeciera,
a pesar de haber sido ya dictada mi sentencia.

Quisiera ser como ese edificio en Amsterdam
del que dejaron sólo el delgado frontispicio
para reconstruir todo a sus espaldas,
quisiera contemplar mis entrañas
y comprobar que ya
no estás allí.



Traducción: Gerardo Lewin



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