sábado, 21 de noviembre de 2015

Nathan Zach / Instante























Para Assia


Por favor, un instante de silencio. Tened a bien.
Quiero decir algo. Él se ha ido.
Pasó frente a mí. Pude haber tocado el borde
de su manto. No lo hice. Quién hubiera podido
saber lo que no supe.

La arena se adhería a sus ropas. En su barba
se enredaban las ramas. Anoche, por lo visto,
había dormido en un granero. Quién hubiera podido
saber que a la noche siguiente estaría
vacío como un pájaro, duro como una piedra.

Yo no pude saberlo. No lo culpo.
A veces lo imagino despertando del sueño,
como un mar sonámbulo pasa a mi lado
y me dice hijo.

Hijo. No sabía que estabas, hasta tal punto, conmigo.



Traducción: Gerardo Lewin


No hay comentarios: