Todo será borrado en retroceso. En el final,
inclinando tu cuerpo su estatura hacia el piano,
tu cabeza ladeada, tu tercio de sonrisa-
demasiado cortos para tus medidas dinteles, camas.
En el camino quedarán almacenes y grúas
a lo largo del río, óxido y esculturas taurinas,
aquellas calles, vacías hasta el desconcierto.
Lo que los empujó a todos a sus casas,
nos incitó, quizás, el uno hacia el otro.
Denso era el tiempo
y salinoso, nos exigía ser veloces -
permíteme ser la primera en olvidar:
dondequiera que huyamos,
causaremos dolor.
Mi retirada se prolongará más allá de la tuya,
en el hotel barato la almohada sintética me expulsará
del sueño. ¿Morderé tu nombre
o golpearé mi cabeza contra otro sueño? Inclinado
hacia mí, hacia el piano - no hace falta
que escribas, permíteme cerrar, ser la primera-
quién creerá, a fin de cuentas,
bajo este duro sol,
en las palabras que emitían nuestras bocas
en el aire congelado, como nubes.
Traducción: Gerardo Lewin
1 comentario:
Magnifico poema, definitivamente fue una traducción más que buena, has logrado conformar un gran blog, permitiendole a tus lectores disfrutar de tan buena poesía.
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