Los nazis mataron todas las fotografías desleídas
que colgaban en la pared.
Los nazis mataron al abuelo.
Los nazis mataron a la abuela.
Los nazis mataron a todos los tíos y las tías
que llevaban esas ropas tan raras.
Qué bueno tener alguien a quién culpar.
A mi papá lo mató Dios.
Traducción: Gerardo Lewin
Tzví Atzmón es un graduado meritorio de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Bioquímica y Fisiología. Fue investigador en la carrera de Neuro-biología. Publicó los siguientes poemarios: Diseño Interior (1981), Preparación para graduarse (1983), Córtex (1993) y otros.
1 comentario:
Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar?
(Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125)
Pareciera que el tema de la culpa persigue aún al más nihilista...
Me gusta mucho tu trabajo, Gerardo
Un saludo
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