lunes, 10 de junio de 2013

Zelda / La sombra del monte blanquecino...
















La sombra del monte blanquecino
ocultó mis manos y mi rostro
Creí ser un alma libre,
como un muerto.

Un crepúsculo triste cubrió la casa,
las hojas de la parra,
y sin embargo
cuando en ese mundo ajeno
- la calle donde vivo - 
sonó un violín

salí hacia el goce del novio y de la novia

los vi
entramados de sutil esperanza
los vi
trazados de anhelos verdaderos

y así, secretamente, pedí:

Oh, Creador.
Que los demonios y los males no golpeen
sus sueños
Que haya entre ambos
una casa por siempre

Mi plegaria creció
desplegando hojas verdes

Me senté a la sombra del tártago
y ya no supe 
el nombre de la estación
a la que había arribado mi vida.



Traducción: Gerardo Lewin


1 comentario:

Ele de Lauk dijo...

Excelente y muy buena la traducción.