Caballos vendados
En cada ciego
hay un caballo que galopa
y busca dispararse
hacia las distancias.
La canción del bastón
Cuando los niños me ayudan a cruzar la calle
yo les digo
que soy un hombre gentil
y que el bastón que llevo
no sirve para golpear.
Pero cuando me abandonan
en la acera serpenteante
quedo solo: un niño temeroso
del bastón.
Tus ojos
La alegría de tus ojos frente a ese hermoso paisaje
colma el vacío de los míos.
Allí estás tú ahora
y ahora yo, aquí:
solitaria, la alegría de tus ojos;
solitario, el vacío de los míos.
Traducción: Gerardo Lewin
Traducción: Gerardo Lewin
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