Es como un
suéter angosto:
abriga
cuando hace frío
y luego
te abulta el vientre,
te
aprieta el cuello.
Como una
bufanda que luce suave
aunque sea áspera al tacto,
o un vestido engañoso:
en casa se ve bien, te hace bonita
pero al
salir descubres que todo es transparente.
Debes
desnudarte de su recuerdo,
es
imperioso:
piernas,
pene, pecho,
nuca y
rostro.
Lavarlo en
agua hirviendo.
Traducción: Gerardo Lewin
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